¿Qué hacer si se rompe un diente?
Las causas más frecuentes de la rotura de dientes son los traumatismos dentales, el bruxismo, las caries y la descalcificación dental.
La fragilidad dental se puede relacionar con la descalcificación dental y con el desgaste dental producido por el bruxismo y por la mala oclusión. En el caso de la descalcificación dental, el tratamiento puede conllevar higienes profesionales con aplicaciones de flúor en la consulta, higiene dental domiciliaria exhaustiva y una alimentación rica en calcio y vitamina D.
En el caso del bruxismo, hay que rehabilitar los desgates con carillas y/o coronas dentales, aumentar la dimensión vertical dental en el caso de haberla perdido y por último colocar una férula de descarga.
Cuando hay una mala oclusión, es necesario someterse a un tratamiento de ortodoncia para corregir las malas posiciones dentarias.
No reparar una pieza dental que se rompe puede favorecer la colonización de bacterias y la proliferación de caries, sensibilidad dental y dolor. Y puede provocar un cambio en la oclusión dental por falta de contacto con el antagonista.
Si la fractura está en las capas más superficiales del esmalte, es posible no sentir dolor. Tampoco se percibe dolor si el diente de la fractura ha sido sometido a un tratamiento de conductos, habiendo sido desvitalizado el nervio, o bien que el nervio esté necrótico, con lo que sería asintomático.
Reparación
Para proceder a la reparación de un diente roto, primero se realizan radiografías (RX) periapicales del diente, para ver si hay afectación pulpar. Si la fractura afectara al nervio, se debe realizar la endodoncia y reconstruirlo. Dependiendo de la zona en la que se encuentre, se haría una incrustación, una corona o simplemente una reconstrucción con material composite.
Si no hay afectación del nervio, se realiza una reconstrucción que, dependiendo de la magnitud de la fractura y en la zona de la boca donde se encuentre, puede variar entre reconstrucción de composite, carilla, corona o incrustación.
Las reparaciones dependen de la magnitud de la fractura, de la parte de diente fracturada y de la posición en la boca del diente fracturado. Pueden ser desde simples reconstrucciones con composite, carillas estéticas de porcelana en dientes anteriores, incrustaciones en dientes posteriores e incluso coronas de zirconio o disilicato de litio.
Según sea la causa de la fractura dental, se deberá actuar también en dientes colindantes. Si es por motivos de oclusión, se tendría que plantear un tratamiento de ortodoncia de todos los dientes, además de reparar el diente roto.
Si el motivo es el traumatismo de un solo diente, una caries o la rotura de un empaste antiguo, no es necesario tratamiento en el resto de los dientes. Si el motivo es el bruxismo, se debería analizar el desgaste del resto de dientes para proponer una solución global y prevenir más roturas dentales.
Cuando el diente roto no tenía nervio es muy importante repararlo, ya que, aunque no duela, al estar debilitado es probable que se siga fracturando, con lo que será necesario hacer la extracción del diente y reponerlo con un implante dental.
En las zonas frontales, solemos recurrir a las reconstrucciones de composite y a las carillas/coronas estéticas de porcelana, dependiendo del grado de fractura y de la edad del paciente. En cambio, para las zonas que no se ven y hacen más fuerza en la masticación, recurrimos a las incrustaciones (reconstrucciones indirectas reforzadas) y a las coronas de óxido de zirconio o disilicato de litio.