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Obesidad

La obesidad es una enfermedad. Se caracteriza por la acumulación excesiva y progresiva de grasa en el tejido adiposo entre otros. Este hecho ocasiona una sobrecarga para el organismo y un funcionamiento deficiente de los diferentes órganos vitales.

La principal causa es una excesiva ingesta de calorías y en menor proporción, trastornos endocrinos, psicológicos y genéticos. Conlleva la aparición de enfermedades graves asociadas como son la diabetes, la apnea del sueño, las cardiopatías y las lesiones auriculares entre otros.

Diagnóstico

Para calcular si una persona tiene un peso saludable, sobrepeso u obesidad se utiliza la fórmula del Índice de Masa Corporal, que relaciona el peso y la altura.

El cálculo se efectúa dividiendo el peso en kg, por el cuadrado de la altura en metros. Se considera normal hasta 25. Entre 25 y 30 hablamos de sobrepeso, y a partir de 30, de obesidad.

Valores Índice de Masa Corporal

  • 18,5 – 25 se considera que la persona está en situación de peso normal
  • 25 – 30 se considera que la persona tiene sobrepeso
  • 30 – 35 se considera que la persona es obesa en grado I
  • 35 – 40 se define como una obesidad de grado II
  • > a 40 se define como obesidad de grado III u obesidad mórbida

Diagnóstico 2

Podemos medir también mediante el perímetro abdominal (PA).

Se trata de una medida antropométrica que permite determinar la cantidad de grasa acumulada en el cuerpo.

La grasa acumulada preferentemente en el abdomen, favorece las enfermedades metabólicas como la diabetes, la hipercolesterolemia y el aumento de ácido úrico; que puede derivar en graves enfermedades cardiovasculares. El riesgo aumenta si la circunferencia de la cintura es de más de 90 cm en las mujeres o más de 102 en los hombres.

¿Cómo se mide el perímetro abdominal (PA)?

La persona debe estar de pie y después de haber expulsado el aire, tiene que rodear su abdomen con la cinta métrica en la altura del abdomen.


Factores que aumentan la probabilidad de padecer obesidad

La principal y fundamental causa del sobrepeso y de la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas. Hoy en día, en el mundo se ha producido un aumento de la ingesta de alimentos híper calóricos y un descenso de la actividad física.

Así pues, los principales factores desencadenantes del aumento de la posibilidad de padecer la enfermedad son los siguientes:

  • Predisposición genética
  • Estilo y hábitos de vida erróneos:
    • Sedentarismo
    • Comer frente al televisor: genera una mayor ingesta de alimentos en ser menos conscientes de la sensación de saciedad
    • Dormir poco: la falta de horas de sueño puede generar un aumento del hambre y la apetencia de productos ricos en calorías
    • Estados de ánimo: situaciones de ansiedad o decaimiento pueden desencadenar un aumento de la ingesta de alimentos híper calóricos

Prevención y tratamiento de la obesidad

La modificación o reducción de la ingesta habitual

El profesional sanitario asesora sobre los distintos tratamientos dietéticos de forma individualizada que permiten la pérdida de peso de forma progresiva mediante la modificación de algunos hábitos alimenticios que pueda mantenerse a lo largo del tiempo. No se trata de renunciar a comer bien sino de modificar el número de comidas, la cantidad, las técnicas culinarias etc.

Aumento de la actividad física

Practicar deporte de forma regular no sólo ayudará a controlar el peso sino que será fundamental para mantenerse sano y evitar recuperar el peso perdido.

Motivación

La persona que sufre la enfermedad debe estar convencida de la necesidad de reducir peso y poder evidenciar las mejoras que el tratamiento le aporta.

La obesidad debe ser considerada una enfermedad con un importante factor de riesgo a padecer otros trastornos y complicaciones. Por este motivo, más allá de los parámetros básicos mencionados, las persones pueden seguir las siguientes recomendaciones en el plano individual:

  • Limitar la ingesta energética que procede de grasas y azúcares
  • Aumentar el consumo de hortalizas, frutas y verduras y de legumbres, frutos secos y cereales
  • Realizar actividad física de forma periódica. Ésta sólo tendrá el efecto deseado cuando se dé en un hábito de vida saludable

La obesidad puede dar lugar como ya se ha dicho anteriormente, a otras enfermedades o trastornos asociados.

Un IMC elevado, es una fuente de riesgo de enfermedades no transmisibles como pueden ser:

  • Enfermedades cardiovasculares, principalmente cardiopatía y accidente cerebro vascular
  • Diabetes
  • Trastornos en el aparato locomotor, particularmente osteoartritis
  • Algunos cánceres (endometrio, de mama y de colon)

Obesidad infantil

Uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI es la obesidad infantil. Se trata de un problema de alcance mundial que afecta a países de ingresos bajos y en medios principalmente urbanos.

Hay que dar mucha importancia y prioridad a la obesidad infantil porque los niños y adolescentes que la sufren tienen tendencia a seguir sufriéndola en la edad adulta y por tanto, tienen más posibilidades de padecer otras enfermedades.

Causas

Las causas de la obesidad infantil son similares a las de la obesidad y el sobrepeso en la edad adulta pero ésta puede atribuirse también al cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos híper calóricos y la tendencia a la disminución de la realización de actividad física.

Diagnóstico

Resulta más complicado medir el sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes porque su organismo está sometido a cambios fisiológicos a medida que hacen mayores. Existen distintos métodos en función de la edad.
Así, si un niño de entre 4 y 7 años tiene indicios de exceso de peso, será necesario que el profesional sanitario y la familia pongan en marcha las medidas necesarias.
En niños de 8 a 9 años, será necesario actuar de forma más rápida, ya que a partir de esta edad, la reversión del proceso resulta más complicada.

Diabesidad

El término diabesidad se refiere a una doble patología en la que conviven diabetes y obesidad.

El aumento de peso constituye el principal factor de riesgo para padecer diabetes mellitus del tipo 2, ya que un aumento del tejido adiposo genera resistencia a la insulina. Esto provoca que la hormona no sea capaz de realizar su función de forma correcta.

Padecer diabesidad supone un incremento sustancial del riesgo a padecer otras enfermedades y trastornos.

Folleto informativo (PDF)

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