Implantología
Un implante es un tornillo, generalmente de titanio, que sustituye a la raíz de un diente. Su correcta colocación en el hueso maxilar, de manera fija, lo convierte en el soporte para la pieza dental realizada a medida en cerámica que se coloca encima, consiguiendo la mordida idónea y al mismo tiempo una estética satisfactoria.
Cuando se pierde algún diente, colocar un implante en su lugar para sustituirlo es la solución más segura y duradera.
También se propone implantes para solventar anomalías de funcionamiento, mordida incorrecta o una estética deficiente que, reemplazando alguna pieza, puede mejorar mucho.
El peligro de no hacer uso de implantes en caso de ausencia de una pieza dental es que las piezas que se hallen inmediatamente al lado, progresivamente se irán desviando, ocupando ese espacio vacío, con lo cual, la funcionalidad de la dentadura perderá eficiencia, y a nivel estético se crea un desequilibrio. Además, cualquier desajuste en la mordida, debida a la desviación o falta de alguna pieza, puede también causar dolor en la estructura mandibular o en las propias encías, que a su vez pueden quedar dañadas.
Los profesionales de cirugía maxilofacial estudian cada caso particular para proponer la solución más beneficiosa. La tecnología 3D permite conocer con total precisión las posiciones correctas y aquellas que podrían mejorar para conseguir una funcionalidad y una estética óptimas.
La colocación de un implante se hace con una pequeña cirugía. Y se pautarán las siguientes visitas para comprobar el correcto asentamiento del implante y la colocación de la pieza modelada a medida en cerámica.
En el caso de ausencia de varias piezas dentales seguidas, se puede solucionar ubicando dos implantes, uno a cada extremo del vacío, y la correspondiente reproducción en cerámica de los dientes que irían encima y que, en este caso, serían más de una realizadas todas juntas.
Más información
Antes de la colocación del implante, se estudia detenidamente la historia clínica del paciente (anamnesis) para cerciorarse de que no existe ningún motivo médico para desaconsejar el implante.
Se realizan pruebas de imagen para conocer con toda precisión la situación y estado de cada pieza y raíz correspondiente, así como la cantidad de hueso maxilar del paciente.
El cirujano maxilofacial es el encargado también de realizar pruebas de oclusión, para comprobar la funcionalidad de la dentadura, así como el estado de las encías.
Cirugía de implantación
La introducción del implante se lleva a cabo con anestesia local y se realiza en una media hora aproximadamente. A partir de ese día, se debe esperar de dos a tres meses para asegurar que el implante se ha integrado bien con la estructura ósea para garantizar su estabilidad.
Pasado ese tiempo, en una nueva sesión médica, se introducirá el tornillo en el que, en una siguiente visita, se enroscará el diente, la prótesis de la pieza bucal realizada en cerámica con la estética y medidas idóneas para completar el proceso.
El mantenimiento de un implante requiere, simplemente, pero de manera constante y minuciosa, mantener una buena higiene bucal diaria. En las revisiones periódicas, el especialista irá comprobando el éxito de la colocación del implante.
Tipos de implante
- Implantes de titanio. Son los que más se utilizan, por su probada efectividad y, por lo general, ausencia de contraindicaciones.
- Implantes cigomáticos. En algunas ocasiones, la falta de dientes durante un tiempo prolongado provoca la pérdida de hueso maxilar. Por ello, además de los implantes de titanio, también contamos con implantes cigomáticos –también puede escribirse zigomáticos-, para esos casos en los que el paciente no tiene suficiente hueso maxilar o este es de calidad insuficiente.
El nombre de este implante se vincula a una zona de la boca, que es el arco cigomático, la región de la mandíbula superior bajo el pómulo o mejilla. - Implantes pterigomaxilares. Son la alternativa en el caso de no poder realizar el injerto en el hueso maxilar. El implante pterigomaxilar se colocará tras el hueso que es parte de la estenosis apófisis pterigoides, en un espacio que hace posible sujetar el implante sin problema.