En la primera línea de la innovación quirúrgica
El Dr. Manuel Corachan se situó siempre al lado de mentes innovadoras, como la de Ernst Ferdinand Shauerbruch, el especialista alemán en cirugía protésica que fue pionero en Múnich con las primeras intervenciones en muñones de la extremidad superior. La técnica de Shauerbruch fue introducida en España por Corachan, que también impulsó un ingenioso sistema ideado por el Dr. Josep Trueta en 1934 para tratar heridas de guerra. Conocido como ‘sistema cerrado’, fue perfeccionado en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau bajo la supervisión del Dr. Corachan. Es una tipología de intervención que todavía se continúa utilizando hoy y cuya aplicación en tiempos de guerra se sabe que logró salvar muchas vidas evitando numerosas gangrenas.
Como jefe de servicio de cirugía durante muchos años en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, Manuel Corachan había conformado a su alrededor a un equipo de jóvenes cirujanos que en adelante serían grandes profesionales. Posteriormente fueron considerados parte de la llamada escuela de cirugía catalana, nacida de la mano de Corachan en el Sant Pau.
Un gran legado científico
A lo largo de su vida, el Dr. Manuel Corachan participó en múltiples congresos quirúrgicos de la Asociación Internacional, en Londres, Roma, Varsovia o El Cairo. Era, además, un invitado habitual en las facultades de Medicina de París, Praga, Turín, Burdeos, Madrid, Zaragoza y Sevilla. Su consagración académica oficial y definitiva llegó en octubre de 1933, cuando la Facultat de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona le ofreció el puesto de profesor libre de Patología Quirúrgica, reconociendo así sus dotes científicas y docentes convirtiéndose en el cirujano de referencia.
También acudía a la petición de hospitales provinciales como el de Valencia, Bilbao y Santander, para impartir conferencias o practicar intervenciones. Y en 1931, junto al doctor Ribas i Ribas y los hermanos Trias i Pujol, Joaquim y Antoni, Corachan fundó la revista de Cirugía de Barcelona. De hecho, él ya colaboraba en la mayoría de revistas especializadas en medicina de España y muchas de otros países. Entre artículos, monografías y comentarios sobre actualidad médica, especialmente sobre cirugía del estómago, dejó muchos más de doscientos textos científicos, entre ellos, los que relataban procedimientos novedosos para su tiempo, como la gastrectomía o el tratamiento de la diabetes por denervación de las suprarrenales.
Corachan reunió además una gran colección de libros antiguos de medicina y farmacia, como el distinguido volumen de Cirugía de Pere Argilata, del año 1503, que en 1998 la Fundación Uriach adquirió en una librería especializada, descubriendo que en él había impreso el testimonio como ex libris de Corachan.
En octubre del 2000, su hija, Herminia Corachan Graells, cedió a la Biblioteca de Montserrat una colección de 155 obras de medicina y varios manuscritos propiedad de su padre.
La fotografía también le interesó. La practicaba en sus viajes y también coleccionaba fotografías autocromas de piezas patológicas. Con su esposa recorrió toda Europa y conoció todos los hospitales y centros quirúrgicos europeos de mayor relieve, una actividad que alternaba con el arte y el folclore del país visitado. De ahí que llegara a reunir una considerable colección de fotografías de sus viajes.