El diagnóstico temprano puede ayudar a una persona a buscar tratamiento, lo antes posible, en el curso de la enfermedad. Sin embargo, identificar el cáncer de pulmón en sus primeras etapas puede ser difícil, porque los síntomas pueden ser similares a los de una infección respiratoria o puede que no haya síntomas.

A continuación te explicaremos cómo reconocer los síntomas, las formas en que los médicos tratan y diagnostican el cáncer de pulmón. 

Síntomas

En las personas con cáncer de pulmón, los síntomas no siempre aparecen hasta que la afección ha alcanzado una etapa posterior. Sin embargo, algunas personas pueden notar síntomas, que pueden estar relacionados con una enfermedad aguda menos grave.

Los ejemplos de estos síntomas incluyen:

• Pérdida de apetito.
• Cambios en la voz, como ronquera.
• Infecciones torácicas frecuentes, como bronquitis o neumonía.
• Tos persistente que puede empeorar.
• Dificultad para respirar y/o sensación de falta de aire.
• Dolores de cabeza.
• Pérdida de peso.

Diagnóstico

Si un médico identifica una lesión sospechosa en un examen de detección de cáncer de pulmón, o una persona experimenta síntomas que podrían indicar cáncer de pulmón, hay varias pruebas de diagnóstico disponibles para confirmar los siguientes pasos. 

Ejemplos de estos incluyen:

• Estudios de imagen: La tomografía computarizada (TC) y la tomografía por emisión de positrones (PET) pueden revelar áreas de tejido pulmonar con cáncer. Las exploraciones óseas también pueden indicar crecimientos cancerosos. Los médicos también pueden usar estos escáneres para rastrear el progreso del tratamiento o para asegurarse de que el cáncer no haya regresado, después del tratamiento. 

• Muestreo de tejidos: si un médico identifica una lesión sospechosa en un estudio de imágenes, puede recomendar tomar una muestra de tejido pulmonar para detectar células potencialmente cancerosas. 

• Pruebas de laboratorio: un médico también puede ordenar análisis de sangre para verificar la presencia de cáncer de pulmón. Usará esta información para determinar qué tipo de cáncer de pulmón puede estar presente y qué tan avanzada está la enfermedad. 

Tratamiento

Los tratamientos para el cáncer de pulmón dependen de su ubicación y etapa, así como de la salud general del paciente.

La cirugía y la radiación son los tratamientos más comunes para tratar el cáncer de pulmón, pero existen otros. Por ejemplo, los médicos a menudo tratan el cáncer de pulmón de células pequeñas con quimioterapia. 

Los posibles tratamientos incluyen:

Cirugía: un médico puede operar para extirpar tejido pulmonar canceroso y tejido en las áreas circundantes donde el cáncer puede haberse diseminado. Esto a veces implica extraer un lóbulo o un segmento grande del pulmón en un procedimiento llamado lobectomía.

En casos severos, el cirujano puede extirpar un pulmón en su totalidad. Una persona puede vivir sin un pulmón, pero tener buena salud antes de la cirugía ayuda a mejorar los resultados después de la extracción del pulmón.

Quimioterapia: este tratamiento utiliza medicamentos para reducir o erradicar las células cancerosas.

El tratamiento de quimioterapia tiene un impacto más significativo en los cánceres que se han diseminado a diferentes partes del cuerpo y requieren un ataque en todo el cuerpo. 

Radioterapia: utiliza rayos X de alta energía para destruir  las células tumorales. Es un tratamiento  que se utiliza cuando la enfermedad está localizada exclusivamente dentro del tórax.

Este tratamiento puede emplearse antes de la cirugía para convertir tumores no operables en operables, o después de la cirugía para eliminar las células que hubieran podido  quedar tras la misma.

Así mismo disponemos de una técnica, denominada Radioterapia Exterotácica (SBRT) muy localizada y precisa donde,  con muy pocas sesiones, podemos eliminar tumores que por diversas causas, son inoperables.( por ejemplo por riesgos con la anestesia, etc. 

Terapia dirigida: este es el uso de medicamentos particulares que se dirigen específicamente a un comportamiento particular en las células cancerosas. Los ejemplos incluyen medicamentos que evitan que las células cancerosas se multipliquen. 

Prevención

La mayoría de los cánceres de pulmón se desarrollan en fumadores o en personas que han dejado de fumar hace poco tiempo. Por este motivo, dejar de fumar reduce de manera significativa el riesgo de desarrollarlo. El riesgo de tener cáncer de pulmón de un exfumador se iguala al de un no fumador cuando han transcurrido 15 años aproximadamente. 

El cáncer de pulmón es el más frecuente en hombres y mujeres. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en España se diagnostican más de 29.000 nuevos casos de cáncer de pulmón cada año y es el tumor responsable del mayor número de muertes, superando los 22.000 fallecimientos al año.

Desde el Centro de Excelencia Oncológica GenesisCare Clínica Corachan animamos a los fumadores a dejar de fumar para ganar en calidad de vida, priorizar la salud y prevenir enfermedades.